Diario PANORAMA
24
Junio de 2010
ES HORA DE ACTUAR EN MATERIA DE SEGURIDAD
Texto:
Francisco Delgado
Lo que está ocurriendo en materia de seguridad es insoportable. La
población marabina está aterrorizada por efectos de la creciente violencia
criminal, en medio de la más profunda crisis institucional.
Hemos dicho en el pasado que las cifras de la delincuencia alcanzan en
nuestra ciudad ribetes bélicos, y volvemos a repetirlo; a pesar de la
displicente postura de las instituciones de seguridad, empeñadas en
entretenernos con torpes parafernalias efectistas, sea que se llamen
operativos, dispositivos o comandos unificados. Desgastada e ineficiente
metodología que surge, de vez en cuando, con rimbombantes apelativos para
mitigar el miedo y lavar la cara de un sistema de seguridad podrido hasta los
tuétanos.
No podemos seguir engañando a la gente; frustrando sus expectativas en
materia de seguridad; cuando la realidad es que no se hace nada para enfrentar
las causas de la escalada criminal.
La revolución ha hecho leyes muy importantes, entre las que se cuenta
Ley Orgánica del Servicio de Policía y del Cuerpo de Policía Nacional, que
apuntan hacia el núcleo del problema: transformar el sistema radicalmente e
instaurar una política antidelictica de carácter social que ataque los factores
criminógenos, mientras se reprime contundentemente los actos delictivos. Pero,
una vez más, las leyes son letra muerta en manos de una burocracia incapaz de
materializarlas en beneficio de la gente.
El simbolismo legal, lo sabemos los criminólogos, solo ha servido en
Venezuela como catarsis, para hacer creer que se hace algo, cuando en la
práctica no pasa nada, absolutamente nada para materializar el mandato legal.
Al contrario, se deterioran cada vez más las instituciones policiales, a tal
punto que ya no sabemos si es más temible el delincuente o el policía.
El gobierno regional y los locales siguen de espalda al nuevo paradigma
policial; ingresan clientelarmente a funcionarios corruptos, les dan
responsabilidades de primer orden; ordenan secuestros, sicariatos y extorsionan
a diestra y a siniestra con el mayor desparpajo y la mayor impunidad.
No conforme con ello, se preparan nuevas promociones de funcionarios
aquí y allá, sin el más mínimo control; reproduciéndose de manera cotidiana
esta aberrante degradación institucional.
El llamado es a la responsabilidad política; el Estado condena a muerte
a mucha gente honesta cuando se desentiende de sus obligaciones en materia de
seguridad. ¿Por qué no se acaba con las mafias policiales de una vez por todas?
Si todo el mundo sabe que la policía participa del secuestro, de la extorsión y
el sicariato, ¿por qué diablos no se actúa? ¿Por cuánto tiempo más la pena de
muerte subterránea y la matraca? ¿Por qué no se enfrentan las organizaciones
delictivas, antes que vivamos una guerra civil como la que vive México? ¿Por
cuánto tiempo más debemos rescatar los vehículos que nos roban?; ¿hasta cuándo
se cobra vacuna?; ¿por cuánto tiempo más debemos soportar que se delinque desde
las cárceles?; ¿por cuánto tiempo más las cárceles son antros donde un gobierno
paralelo, armado hasta los dientes, cobra por protección y condiciona el
régimen penitenciario y al poder judicial? ¿Hasta cuándo esperamos que la
policía comunal sustituya a esa suerte de paramilitarismo instaurado por
gobernadores y alcaldes, para decidir sobre la vida y la muerte de la gente?
No hay derecho, ¡carajo! Una cosa es el humanismo revolucionario y otra,
la actitud bobalicona y timorata de quien no hace nada para no equivocarse.
Los que creemos en los cambios revolucionarios, creemos también en la
crítica; creemos además que el compromiso político implica asumir los riesgos
necesarios para hacer valer los principios.
Que no quede pues títere con cabeza; se trata de que la vida, la paz y
la convivencia ganen la batalla a la cultura de muerte que se enseñorea en
nuestras calles y avenidas.
Necesitamos seguridad Jurídica, Económica y de VIDA
ResponderBorrarOrganismos como Bomberos y Policías, se encuentran abandonados totalmente por la Alcaldía de Maracaibo, por más que tengamos hombres y mujeres disciplinados y abnegados y con ganas de hacer un buen trabajo por la ciudanía y sus organizaciones, se le está siendo cercenado su convicción de funcionario público al servicio de la ciudad de Maracaibo, con la implementación de una política que solo establece la desidia y el abandono a las instituciones y que solo propone una desinversión de recursos para empeorar mas el caos colectivo en el cual nos vemos envueltos todos.
Nuestra única esperanza es la aplicación de políticas que produzcan cambios significativos y contundentes, que ayuden a recuperar los valores morales, culturales, sociales de nuestra región, para que estos puedan asegurar una calidad de vida y recursos que beneficien a la población marabina.
Esperando verle pronto trabajando por la ciudad Prof. Francisco Delgado.
Le deseo que tenga mucho éxito en su futura gestión.
Un cordial saludo.
Miguelangel Primera